La venta de tabaco de contrabando se ha convertido en una suculenta forma de sacar un sobresueldo. Cada vez son más los comercios que deciden vender este producto de forma ilícita. Para controlar esta situación la Guardia Civil y la Agencia Tributaria realizan una serie de patrullas por los establecimientos. Los vendedores suelen esconder el material en los lugares más variopintos. Neveras, dobles fondos o techos son los sitios escogidos para almacenar el tabaco. En una operación de vigilancia del contrabando los agentes requisan el tabaco sin fiscalizar, es decir, aquel que no paga los impuestos correspondientes. Esta venta ilegal supone una sanción administrativa de entre 400 y 3.000 euros dependiendo las cantidades intervenidas. En lo que va de año, la Comandancia de Cádiz de la Guardia Civil se ha incautado de más de 15.000 cajetillas en toda la provincia.