Se estrecha el camino hacia la presidencia de Francia para el candidato republicano, François Fillon, envuelto en el escándalo de la contratación ficticia de su esposa e hijos. A ellos les quiere investigar ahora la Fiscalía francesa. Según los últimos sondeos, su aniquilación política ya es un hecho, Fillon quedaría eliminado en la primera vuelta de las presidenciales. Su partido se plantea incluso buscarle recambio. Él insiste en que "no hay nada ilegal" y dice asumir "la responsabilidad de mi elección por confiar en ella, en mis familiares y amigos". Y en este mar revuelto, el que más gana es el liberal Enmanuel Macron, que se acerca en los sondeos a la ultraderechista Marine Le Pen, que presentará este fin de semana su programa. Los socialistas franceses no acaban de cerrar sus heridas. El presidente Hollande ni siquiera salió a las puertas del Eliseo a recibir al candidato de su propio partido, Benoit Hamon.
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